Las dietas bajas en fibra, se relacionan con mayor riesgo de obesidad, cáncer de colon, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II.
Una naranja, aporta 5 g de fibra a la dieta, es una cantidad importante, para completar la dieta mediterránea (reconocida como la más saludable), que generalmente contiene de 15 a 25 g de fibra natural.
El zumo de naranja, es más pobre en pectina y por tanto en fibra que el fruto natural; y esa diferencia puede reflejar su efecto en el peristaltismo del intestino.
La naranja contiene aproximadamente un 30% de fibra soluble, y 70% de fibra insoluble. Estos dos tipos de fibra tienen propiedades diferenciadas que contribuyen a mejorar nuestra salud.